Elegía a la amda antes de acostarse
 
  (…) Encadenarse en tus brazos es ser libre,
Allí donde mi mano se posa queda mi sello.
Tu completa desnudez es toda la alegría.
Como las almas van desnudas, así deben ir los cuerpos
A gozar una dicha plena.
Los adornos en una mujer
Son como las esferas de Atlanta, que engañan la mirada.
Cuando una joya enceguece el ojo de un necio
Su alma codicia la piedra o el metal, no la mujer.
Como ilustraciones, o vistosas portadas de libros
Para legos son las mujeres que se adornan,
Sólo se recelan a aquellos que sabemos leerlas.

Quiero conocerte, muéstrate,
Sé generosa como al dar a luz.
Aquí no hay pena ni inocencia.
He dejado caer mis ropas, sígueme,
¿Qué manto puede cubrirte más que mi cuerpo?